Terapia Trastorno del Pánico Oviedo
Centro de Psicología Nela Osorio
¿Qué es el Trastorno de Pánico?
Un ataque de pánico o crisis de ansiedad es un episodio repentino de miedo o malestar intenso que se acompaña de una serie de síntomas físicos y emocionales.
Los ataques de pánico suelen durar entre 5 y 20 minutos.
Los síntomas físicos de un ataque de pánico pueden incluir:
- Palpitaciones cardíacas
- Sudoración
- Temblores
- Sensación de ahogo
- Dificultad para respirar
- Mareos
- Nauseas
- Sensación de desmayo
- Dolor o molestias en el pecho
- Entumecimiento o hormigueo
- Temor a perder el control o a morir
Los síntomas emocionales de un ataque de pánico pueden incluir:
- Miedo intenso
- Sensación de peligro inminente
- Sensación de irrealidad o despersonalización
- Sensación de que se va a morir
- Ansiedad anticipatoria, que es el miedo a tener otro ataque de pánico
Los ataques de pánico pueden ser muy aterradores y pueden interferir en la vida diaria. Si tienes ataques de pánico, es importante buscar ayuda profesional.
Los ataques de pánico pueden ser muy aterradores y pueden interferir en la vida diaria. Si tienes ataques de pánico, es importante buscar ayuda profesional.
Causas de los ataques de pánico
Las causas de los ataques de pánico no están completamente claras. Sin embargo, se cree que una combinación de factores genéticos y ambientales pueden contribuir al desarrollo del trastorno.
Los factores genéticos pueden aumentar el riesgo de desarrollar ataques de pánico. Si un padre o un hermano tiene ataques de pánico, la persona tiene un mayor riesgo de desarrollar el trastorno.
Los factores ambientales también pueden contribuir al desarrollo de ataques de pánico. Las experiencias traumáticas, como ser intimidado o avergonzado, pueden aumentar el riesgo de desarrollar ataques de pánico.
El modelo de Barlow
Barlow es uno de los autores que más ha contribuido al estudio de los trastornos de pánico.
El modelo de Barlow sobre el ataque de pánico es un modelo cognitivo-conductual que explica cómo se desarrollan y mantienen los ataques de pánico.
Según este modelo, los ataques de pánico se producen cuando una persona tiene una reacción de miedo a una situación o a un pensamiento que percibe como amenazante. Esta reacción de miedo se desencadena por una combinación de factores, que incluyen:
- Una vulnerabilidad biológica: Algunas personas son más propensas a experimentar ataques de pánico debido a su genética o a su historia familiar.
- Un aprendizaje: Las personas pueden aprender a asociar una situación o un pensamiento con el miedo, lo que puede desencadenar un ataque de pánico.
- Un sesgo cognitivo: Las personas con ataques de pánico pueden tener pensamientos negativos sobre sí mismas y sobre el mundo, que pueden contribuir a la ansiedad y al pánico.
El modelo de Barlow también explica cómo se desarrolla la agorafobia, que es el miedo a los espacios abiertos o a los lugares donde es difícil escapar o pedir ayuda en caso de tener un ataque de pánico. Según este modelo, la agorafobia se desarrolla como un mecanismo de afrontamiento para evitar las situaciones que desencadenan los ataques de pánico.
Factores de riesgo para los ataques de pánico
Los factores de riesgo para los ataques de pánico incluyen:
- Antecedentes familiares de ansiedad: Las personas con antecedentes familiares de ansiedad tienen un mayor riesgo de desarrollar ataques de pánico.
- Antecedentes de trauma: Las personas que han experimentado un trauma, como un accidente o una agresión, tienen un mayor riesgo de desarrollar ataques de pánico.
- Exposición a sustancias: El consumo de drogas o alcohol puede desencadenar ataques de pánico.
- Ciertos medicamentos: Algunos medicamentos, como los antidepresivos y los medicamentos para la presión arterial, pueden desencadenar ataques de pánico.
- Trastornos de ansiedad: Las personas con otros trastornos de ansiedad, como el trastorno de ansiedad generalizada o el trastorno de estrés postraumático, tienen un mayor riesgo de desarrollar ataques de pánico.
¿Por qué tratar el ataque de pánico en nuestro centro?
Somos especialistas en terapia cognitivo-conductual y exposición con hipnosis clínica. Actualmente estas dos terapias son las más efectivas para los trastornos de ansiedad. Con nuestra terapia más de un 80% de pacientes han superado su sintomatología ansiosa.
La terapia cognitivo-conductual (TCC) es el tratamiento más eficaz para los ataques de pánico. La TCC ayuda a las personas a identificar y cambiar los pensamientos y comportamientos que contribuyen a sus ataques de pánico.
Las técnicas de terapia cognitivo-conductual que utilizamos en nuestro centro para tratar los ataques de pánico incluyen:
- Exposición con hipnosis clínica: La exposición implica exponer a la persona a la situación o al pensamiento que desencadena el ataque de pánico de forma gradual y controlada.
- Restructuración cognitiva: La reestructuración cognitiva implica ayudar a la persona a identificar y cambiar los pensamientos negativos sobre sí misma y sobre las situaciones que desencadenan los ataques de pánico.
- Habilidades de afrontamiento: La terapia ayuda a la persona a desarrollar habilidades de afrontamiento para las situaciones que desencadenan los ataques de pánico.
Medicamentos
Los medicamentos pueden utilizarse para tratar los ataques de pánico. Los medicamentos más utilizados para los ataques de pánico son los antidepresivos y los ansiolíticos.
Consejos para ayudar a alguien que está teniendo un ataque de pánico.
Si alguien está teniendo un ataque de pánico, es importante:
- Permanecer tranquilo y calmado.
- Asegurarle a la persona que está a salvo y que el ataque de pánico pasará.
- Ayudar a la persona a respirar profundamente.
- Ofrecerle a la persona un lugar tranquilo para sentarse o acostarse.
- No obligar a la persona a hacer nada que no quiera hacer.
Si el ataque de pánico dura más de 15 minutos o si la persona experimenta síntomas físicos graves, es importante buscar ayuda médica.
Diferencias entre ansiedad y ataque de pánico
La ansiedad y el ataque de pánico son dos trastornos de salud mental que pueden causar síntomas físicos y emocionales similares. Sin embargo, hay algunas diferencias clave entre los dos trastornos.
La ansiedad es un estado de inquietud o nerviosismo que puede ser causado por una variedad de factores, como el estrés, el miedo o la anticipación.
Un ataque de pánico es un episodio repentino de miedo intenso que se acompaña de una serie de síntomas físicos y emocionales. Los ataques de pánico suelen durar entre 5 y 20 minutos.
La ansiedad y el ataque de pánico son dos trastornos de salud mental que pueden causar síntomas físicos y emocionales similares. Sin embargo, hay algunas diferencias clave entre los dos trastornos.
Ansiedad
La ansiedad es un estado de inquietud o nerviosismo que puede ser causado por una variedad de factores, como el estrés, el miedo o la anticipación. Los síntomas de la ansiedad pueden incluir:
- Inquietud
- Dificultad para concentrarse
- Fatiga
- Tensión muscular
- Dolores de cabeza
- Problemas digestivos
- Dolor de pecho
- Dificultad para respirar
- Mareos
- Ataque de pánico
Ataque de pánico
Un ataque de pánico es un episodio repentino de miedo intenso que se acompaña de una serie de síntomas físicos y emocionales. Los ataques de pánico suelen durar entre 5 y 20 minutos.
Los síntomas de un ataque de pánico pueden incluir:
- Miedo intenso
- Sensación de peligro inminente
- Taquicardia
- Sudoración
- Temblores
- Sensación de ahogo
- Dificultad para respirar
- Mareos
- Nauseas
- Sensación de desmayo
- Dolor o molestias en el pecho
- Entumecimiento o hormigueo
Diferencias clave
La principal diferencia entre la ansiedad y el ataque de pánico es que la ansiedad es un estado de ánimo persistente, mientras que el ataque de pánico es un episodio agudo. La ansiedad también puede ser causada por una variedad de factores, mientras que los ataques de pánico suelen ser desencadenados por una situación o un pensamiento específicos.
Otras diferencias clave entre la ansiedad y el ataque de pánico incluyen:
- Intensidad de los síntomas: Los síntomas de un ataque de pánico suelen ser más intensos que los síntomas de la ansiedad.
- Duración de los síntomas: Los síntomas de la ansiedad pueden durar días, semanas o incluso meses, mientras que los síntomas de un ataque de pánico suelen durar unos minutos.
- Impacto en la vida diaria: La ansiedad puede interferir en la vida diaria, pero los ataques de pánico suelen ser más disruptivos.
Tratamiento para la ansiedad y el ataque de pánico
El tratamiento para la ansiedad y el ataque de pánico puede incluir terapia y medicamentos. La terapia cognitivo-conductual (TCC) es un tipo de terapia que puede ser muy eficaz para tratar la ansiedad y el ataque de pánico. La TCC ayuda a las personas a identificar y cambiar los pensamientos y comportamientos que contribuyen a su ansiedad.
Los medicamentos también pueden utilizarse para tratar la ansiedad y el ataque de pánico.
Los medicamentos más utilizados para estos trastornos son los antidepresivos y los ansiolíticos.
El pronóstico para la ansiedad y el ataque de pánico es generalmente bueno. Con el tratamiento adecuado, la mayoría de las personas pueden controlar sus síntomas y vivir una vida plena y satisfactoria.
La interpretación catastrófica y el ataque de pánico
La interpretación catastrófica es un patrón de pensamiento que consiste en interpretar las situaciones de forma exagerada o negativa. Las personas que tienen una interpretación catastrófica tienden a ver los eventos de la vida como una amenaza o un peligro inminente.
La interpretación catastrófica puede ser un factor que contribuye a los ataques de pánico. Cuando una persona experimenta un síntoma físico, como una palpitación cardíaca o una sensación de ahogo, puede interpretarlo como una señal de que algo malo está sucediendo. Esta interpretación puede desencadenar un ataque de pánico.
Por ejemplo, una persona que tiene una interpretación catastrófica puede pensar que una palpitación cardíaca significa que está teniendo un ataque al corazón. Esta interpretación puede provocar un ataque de pánico, que a su vez puede empeorar la palpitación cardíaca.
La interpretación catastrófica también puede contribuir a la agorafobia, que es el miedo a los espacios abiertos o a los lugares donde es difícil escapar o pedir ayuda en caso de tener un ataque de pánico. Las personas con agorafobia pueden tener miedo de tener un ataque de pánico en un lugar público, por lo que evitan estos lugares.
Las siguientes son algunas estrategias que pueden ayudar a las personas con interpretación catastrófica:
- Reconocimiento de los pensamientos catastróficos: Es importante aprender a reconocer los pensamientos catastróficos cuando aparecen.
- Reevaluación de los pensamientos catastróficos: Una vez que se reconocen los pensamientos catastróficos, es importante reevaluarlos de forma realista.
- Práctica de la relajación: La relajación puede ayudar a reducir la ansiedad y el estrés, que pueden contribuir a los pensamientos catastróficos.
Sistema nervioso autónomo y ataques de pánico
El sistema nervioso autónomo (SNA) es una parte del sistema nervioso que controla las funciones corporales involuntarias, como la frecuencia cardíaca, la presión arterial, la respiración y la digestión. El SNA está dividido en dos partes: el sistema nervioso simpático y el sistema nervioso parasimpático.
El sistema nervioso simpático es responsable de la respuesta de «lucha o huida». Cuando el cuerpo se enfrenta a una amenaza, el sistema nervioso simpático libera hormonas que preparan al cuerpo para la acción. Esto incluye aumentar la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la respiración, y dilatar las pupilas.
El sistema nervioso parasimpático es responsable de la respuesta de «descanso y digestión». Cuando el cuerpo está en reposo, el sistema nervioso parasimpático libera hormonas que calman el cuerpo. Esto incluye reducir la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la respiración, y contraer las pupilas.
En algunos casos, los ataques de pánico pueden ser tan intensos que las personas pueden pensar que están teniendo un ataque al corazón o un derrame cerebral.
El sistema nervioso autónomo desempeña un papel importante en los ataques de pánico. La activación del sistema nervioso simpático es responsable de los síntomas físicos de un ataque de pánico.
El cerebro envía una respuesta al sistema nervioso autónomo y da una orden a las glándulas suprarrenales que producen adrenalina y noradrenalina acelerando todo el organismo.
Las glándulas suprarrenales son dos glándulas pequeñas que se encuentran en la parte superior de los riñones. Producen una variedad de hormonas, incluyendo cortisol, adrenalina y noradrenalina.
El cortisol es una hormona que ayuda a regular el estrés. La adrenalina y la noradrenalina son hormonas que preparan al cuerpo para la respuesta de «lucha o huida».
Las glándulas suprarrenales producen adrenalina y noradrenalina. Por lo tanto, las glándulas suprarrenales desempeñan un papel importante en los ataques de pánico.
Cuando una persona experimenta un ataque de pánico, las glándulas suprarrenales liberan grandes cantidades de adrenalina y noradrenalina. Estas hormonas causan los síntomas físicos de un ataque de pánico.
Hiperventilación y ataques de pánico
La hiperventilación y los ataques de pánico son dos condiciones que a menudo se presentan juntas. La hiperventilación es una respiración rápida y superficial que elimina más dióxido de carbono de la sangre de lo que el cuerpo puede producir. Los ataques de pánico son episodios repentinos de miedo intenso que pueden provocar una variedad de síntomas físicos, como dificultad para respirar, palpitaciones cardíacas y sudoración.
La hiperventilación es un síntoma común de los ataques de pánico. Cuando una persona tiene un ataque de pánico, el cuerpo entra en un estado de «lucha o huida». Esto provoca una liberación de hormonas del estrés que aceleran el ritmo cardíaco y la respiración. La respiración rápida y superficial puede provocar una disminución de los niveles de dióxido de carbono en la sangre, lo que puede desencadenar aún más síntomas de ansiedad, como mareos, hormigueo y entumecimiento.
En algunos casos, la hiperventilación puede ser el único síntoma de un ataque de pánico. En estos casos, la persona puede sentir que no puede respirar y puede tener miedo de morir.
Cómo diferenciar la hiperventilación de un ataque de pánico
A veces, puede ser difícil diferenciar la hiperventilación de un ataque de pánico. Sin embargo, hay algunas diferencias clave entre las dos condiciones:
- La hiperventilación es una respuesta física al estrés o la ansiedad. Los ataques de pánico son episodios repentinos de miedo intenso que pueden desencadenarse por una variedad de factores, como el estrés, el miedo o la ansiedad.
- Los síntomas de la hiperventilación suelen ser físicos, como dificultad para respirar, mareos y hormigueo. Los síntomas de los ataques de pánico suelen ser físicos y emocionales, como miedo intenso, palpitaciones cardíacas y sudoración.
- La hiperventilación suele durar unos minutos. Los ataques de pánico pueden durar de 5 a 20 minutos.
El tratamiento de la hiperventilación y los ataques de pánico depende de la causa subyacente. En algunos casos, puede ser suficiente con técnicas de respiración de relajación. En otros casos, es posible que se requiera terapia o medicamentos.
Cómo tratar la hiperventilación y los ataques de pánico
El tratamiento de la hiperventilación y los ataques de pánico depende de la causa subyacente. En algunos casos, puede ser suficiente con técnicas de respiración de relajación. En otros casos, es posible que se requiera terapia o medicamentos.
Técnicas de respiración de relajación
Las técnicas de respiración de relajación pueden ayudar a reducir la hiperventilación y los ataques de pánico. Algunas técnicas comunes incluyen:
Respiración diafragmática
Esta técnica consiste en respirar profundamente desde el diafragma, que es el músculo que separa el pecho del abdomen. Para respirar diafragmáticamente, siéntese o acuéstese cómodamente y coloque una mano sobre su abdomen y otra sobre su pecho. Inspire lentamente por la nariz, permitiendo que su abdomen se expanda. Exhale lentamente por la boca, permitiendo que su abdomen se contraiga.
Respiración de caja
Esta técnica consiste en respirar lentamente y profundamente en una caja imaginaria. Para respirar de caja, siéntese o acuéstese cómodamente y cierre los ojos. Imagine una caja frente a usted. Inspire lentamente por la nariz, permitiendo que su abdomen se expanda hasta que haya alcanzado la parte superior de la caja. Exhale lentamente por la boca, permitiendo que su abdomen se contraiga hasta que haya alcanzado la parte inferior de la caja.
Respiración de 4-7-8
Esta técnica consiste en respirar lentamente por la nariz durante 4 segundos, mantener la respiración durante 7 segundos y exhalar lentamente por la boca durante 8 segundos.
Causas que puede provocar un ataque de pánico
Las causas de los ataques de pánico no se entienden completamente, pero se cree que son el resultado de una combinación de factores genéticos, ambientales y psicológicos.
Factores genéticos
Los ataques de pánico son más comunes en las personas que tienen antecedentes familiares de ansiedad o depresión. Esto sugiere que los genes pueden desempeñar un papel en el desarrollo de estos trastornos.
Factores ambientales
Los eventos estresantes de la vida, como un trauma o una pérdida, pueden desencadenar un ataque de pánico. También se ha demostrado que los ataques de pánico son más comunes en personas que viven en entornos urbanos.
Factores psicológicos
Las personas con ansiedad o depresión tienen un mayor riesgo de sufrir ataques de pánico. También se ha demostrado que los ataques de pánico son más comunes en personas que tienen problemas de autoestima o que son muy sensibles al estrés.
Factores sociales
Los problemas familiares, en la pareja, en el trabajo y el aislamiento social puede predisponer a que la persona pueda presentar un ataque de pánico.
Factores desencadenantes
Los ataques de pánico pueden ser desencadenados por una variedad de factores, como:
- Pérdida
- Trauma
- Depresión
- Ansiedad
- Estrés
- Miedo a morir
- Algunos medicamentos
- Consumo de sustancias
- Cambios en la vida
Hay algunas cosas que puede hacer para ayudar a prevenir los ataques de pánico, como:
- Aprender técnicas de relajación: Las técnicas de relajación, como la respiración profunda y la meditación, pueden ayudar a reducir el estrés y la ansiedad.
- Manejar el estrés de manera saludable: El estrés es un desencadenante común de los ataques de pánico. Aprender a manejar el estrés de manera saludable puede ayudar a prevenir los ataques de pánico.
- Evitar situaciones desencadenantes: Si sabe qué situaciones desencadenan sus ataques de pánico, trate de evitarlas o reducir su exposición a ellas.
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