Muchas veces intentamos explicar a personas cercanas de nuestro entorno que nos sentimos tristes, abatidos, y lo único que recibimos es incomprensión: te quejas demasiado, no es para tanto. ¿Te suena? Este tipo de situaciones nos causa un gran sufrimiento porque necesitamos apoyo y no lo recibimos. En muchas ocasiones no aceptamos esa falta de empatía de los demás y nos vemos enredados en un montón de sentimientos negativos que nos acorralan y no nos dejan avanzar. ¿Cómo podemos aprender a dejar de sentir esas emociones tan devastadoras?
Debemos tomar distancia de la situación y dejar de pretender que los demás nos cubran nuestras necesidades. Claro que es maravilloso desear que la gente que más queremos nos entienda y nos apoye, pero debemos tener presente que eso a veces se convierte en algo inalcanzable. ¿Qué consecuencias tiene el seguir envueltos en este tipo de deseos? Generalmente solemos sentir mucha frustración, rabia, y en casos extremos hasta ira, cuando esperamos ese apoyo externo y no lo recibimos. ¿Crees que merece la pena seguir con esa actitud? ¿Qué podemos hacer? Debemos empezar por tener muy claro que es muy complicado que nuestro entorno llegue a entendernos de una manera completa. Aunque intentes explicar tus sentimientos, el único que sabe tu historia desde que naciste hasta el día de hoy eres tú. Por mucho que pretendas describir tu situación no te van a entender o no van a llegar a tener un conocimiento profundo. Te pueden comprender parcialmente pero es muy difícil porque les falta información. Tus sentimientos y acciones están relacionados con la historia de tu vida. No has nacido así, te has hecho así. Tú vives, sientes y afrontas un acontecimiento en relación a tu experiencia de vida, a tu historia personal. ¿Cómo explicar una vida entera con palabras? ¿Cómo podemos llenar ese vacío? Empieza a convertirte en tu mejor amigo, en tu mejor consejero. Tú eres el único que puedes juzgarte y comprenderte. No vuelvas a permitir que los demás te evalúen y te critiquen. Nadie mejor que tú sabe lo que has vivido, lo que has sentido. Así que te propongo que dejes de buscar ese apoyo externo y comienza a atenderte, a escucharte, a mimarte. Tú no puedes cambiar a las personas, pero sí puedes comenzar a cambiar tú, y lo más seguro es que cuando tú cambies tu entorno también lo hará. Muchas veces esa búsqueda incesante de aprobación de los demás, se convierte en nuestro anhelo más profundo que nos termina desgastando, agotando, anulando. Acabamos sintiéndonos como unas marionetas, no tenemos criterio propio e importan más las opiniones de los demás que la nuestra. Esto implica unas condiciones nefastas para nuestro bienestar. Es importante sentirse bien con uno mismo porque comenzaremos a relacionarnos con los demás de una forma positiva, si exigir, sin presionar, sin esperar nada a cambio.
Comienza a descubrir ese ser tan maravilloso que eres, compréndete, amate, perdónate por tus errores. Empezarás a darte cuenta de que el único lugar donde buscar es dentro de ti. Ahí y sólo ahí encontrarás el cobijo, la ternura, y la comprensión que nunca has sentido y experimentarás un amor inmenso que llenará por completo ese vacío.
Recuerda que el amor verdadero comienza con el amor interior, eres puro amor y la única persona que le da sentido a tu vida eres tú.